Síndrome de repulsión súbita

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Síndrome de repulsión súbita

¿Alguna vez has sentido que de repente te desenamoras de tu pareja por un detalle insignificante? ¿Te ha pasado que un gesto, una palabra o una actitud te provoca un rechazo irracional hacia la persona que te gustaba? Si es así, puede que hayas experimentado el síndrome de repulsión súbita (SRS), un fenómeno que afecta a muchas relaciones en sus primeras etapas.

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¿Alguna vez has sentido que de repente te desenamoras de tu pareja por un detalle insignificante? ¿Te ha pasado que un gesto, una palabra o una actitud te provoca un rechazo irracional hacia la persona que te gustaba? Si es así, puede que hayas experimentado el síndrome de repulsión súbita (SRS), un fenómeno que afecta a muchas relaciones en sus primeras etapas.

El SRS se define como la reacción que experimentamos cuando una pequeña decisión o un comportamiento aparentemente trivial acaban con una relación recién empezada, en la que aún sentíamos mariposas en el estómago. El SRS surge de forma imprevista y es capaz de alterar la percepción hacia nuestra pareja de manera inmediata: fulmina el amor.

Pero, ¿por qué ocurre el SRS? ¿Qué factores lo desencadenan? ¿Se puede evitar o superar? En este artículo te explicaremos qué es el SRS, cuáles son sus causas más comunes y cómo puedes afrontarlo si te sucede.

Qué es el SRS

El SRS se produce tras la primera fase de una relación, el enamoramiento. Durante esta etapa, experimentamos una serie de cambios fisiológicos agradables en presencia de nuestra pareja: aumenta el ritmo cardíaco, se nos dilatan las pupilas, aumenta la sudoración. Y aunque creemos morir de amor, eso no es amor: simplemente es atracción física y sexual.

De hecho, proyectamos sobre la persona que nos gusta todas aquellas buenas cualidades que nos gustan. La idealizamos. A las semanas o a los primeros meses, ese sentimiento de atracción total va decayendo al igual que la idealización de la pareja. Se nos cae la venda y empezamos a ver sus defectos y carencias.

Y es ahí cuando se produce el SRS. De repente, cualquier cosa que haga nuestra pareja nos molesta, nos irrita o nos disgusta. Puede ser algo tan simple como su forma de comer, de vestir, de hablar o de reír. O puede ser algo más profundo, como su forma de pensar, de sentir o de actuar. Lo que antes nos parecía encantador, ahora nos parece insoportable.

El SRS es capaz de romper la relación en cuestión de segundos. Nos damos cuenta de que ya no sentimos lo mismo por nuestra pareja, que no tenemos nada en común, que no hay futuro posible. Nos invade una sensación de asco, de rechazo, de decepción. Y lo peor es que no sabemos cómo explicarlo ni cómo remediarlo.

Causas del SRS

El SRS no tiene una causa única ni universal. Depende mucho de cada persona, de cada pareja y de cada situación. Sin embargo, se pueden identificar algunos factores que pueden favorecer su aparición:

  • La idealización: cuando idealizamos a nuestra pareja, creamos unas expectativas irreales sobre ella y sobre la relación. Pensamos que es perfecta, que nos va a hacer felices, que va a cumplir todos nuestros deseos. Pero cuando la realidad se impone y vemos sus defectos o sus diferencias con nosotros, nos sentimos defraudados y frustrados.
  • La falta de comunicación: cuando no comunicamos lo que sentimos, lo que pensamos o lo que necesitamos a nuestra pareja, podemos generar malentendidos, confusiones o conflictos. Si no expresamos lo que nos gusta o lo que nos molesta de ella, podemos acumular resentimiento o insatisfacción. Y si no escuchamos lo que ella tiene que decirnos, podemos perder el interés o la conexión.
  • La falta de compromiso: cuando no estamos seguros de querer estar con nuestra pareja, cuando tenemos dudas o miedos sobre la relación, cuando no le damos la importancia o el espacio que merece, podemos provocar el SRS. Si no estamos dispuestos a invertir tiempo, energía o recursos en la relación, si no somos fieles ni leales a nuestra pareja, si no le demostramos nuestro amor ni nuestro respeto, podemos acabar perdiendo el amor.
  • La falta de madurez: cuando no somos maduros emocionalmente, cuando no sabemos gestionar nuestros sentimientos ni nuestras reacciones, cuando no tenemos claras nuestras prioridades ni nuestros valores, podemos sufrir el SRS. Si no somos capaces de aceptar a nuestra pareja tal como es, si no respetamos su individualidad ni su libertad, si no toleramos sus opiniones ni sus gustos, podemos generar rechazo o aversión.

Consecuencias del SRS

El SRS puede tener consecuencias negativas tanto para la persona que lo experimenta como para la pareja y la relación. Algunas de ellas son:

  • La ruptura: el SRS puede llevar a la decisión de terminar la relación por parte de quien lo siente o por parte de quien lo sufre. Si la repulsión es muy fuerte o muy frecuente, puede ser difícil mantener el vínculo afectivo y el deseo sexual. Si la pareja se siente rechazada o herida por el SRS, puede perder la confianza y el cariño hacia quien lo provoca.
  • La infidelidad: el SRS puede impulsar a buscar fuera de la relación lo que no se encuentra dentro. Si la persona que siente el SRS se siente insatisfecha o aburrida con su pareja, puede sentirse tentada a buscar otras opciones más atractivas o excitantes. Si la pareja se siente ignorada o desatendida por el SRS, puede sentirse atraída por otras personas que le den más atención o afecto.
  • La depresión: el SRS puede causar un estado de ánimo bajo y una baja autoestima en quien lo padece o en quien lo recibe. Si la persona que siente el SRS se siente culpable o confundida por sus sentimientos contradictorios, puede caer en una tristeza profunda y una falta de ilusión por la vida. Si la pareja se siente indeseada o despreciada por el SRS, puede caer en una depresión severa y una falta de amor propio.

Soluciones para el SRS

El SRS no es una enfermedad ni un trastorno. Es una reacción emocional normal ante ciertas situaciones o estímulos que pueden variar según cada persona y cada momento. Por eso, no hay una solución única ni mágica para el SRS, sino que depende de cada caso y de cada contexto. Sin embargo, hay algunas estrategias generales que pueden ayudar a prevenir o afrontar el SRS de forma más efectiva. En este artículo te las explicamos.

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